Sonidos sorpresa: ¡Chucuchú! ¡Chucuchú!
La primera vez que ví este libro estaba embaraza de Miwi y me enamoré de él. Entonces todavía no tenía un bebé capaz de abrir durante dos horas la misma pestaña para escuchar el chucuchú del tren en bucle. Era joven e inocente. Vamos que me enamoré del libro, de sus fotos adorables y sus pestañas bonitas.Y no pensé en lo que implicaba el libro.
Se lo regaló la tía A. las navidades pasadas pero no ha empezado a usarlo bien, bien (o sea en bucle) hasta abril de este año. El mecanismo es muy sencillo, en una página hay una foto de un bebé que ha perdido un juguete y en la página de al lado tenemos cuatro objetos de la foto de la izquierda que podemos levantar para ver si el juguete está allí. Naturalmente los juguetes que pierde el niño hacen ruido. Mucho ruido. Sobre todo en bucle. No sé si os lo había mencionado.
Pese a mis quejas este libro tiene una gran ventaja, está en Zaragoza así que no lo escuchamos mucho pero a Miwi le encanta. Es uno de sus favoritos y se puede pasar horas levantando las pestañas, así nos va que el pobre ha pasado por el celo en muchísimas ocasiones, probablemente es nuestro libro más tuneado.
Cuando Miwi empezó a usarlo dejé de verlo en las librerías, pero a vuelto a las estanterías para que podáis martirizar regalárselo al hijo de esos conocidos que os caen tan mal bien. Además de este hay otro de animales, uno de coches y alguno más del estilo de la misma colección.
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