Hoy Miwi ha vuelto a la guardería, lo que significa que volvemos a los horarios organizados y, ahora si, nos despedimos de estas vacaciones tan especiales. Miwi se lo ha pasado muy bien; ha tenido playa, montaña y Zaragoza. n_n
Disfrutando del callo y del fresquito de Zaragoza. |
Hace un año cuando empezamos la guardería él iba por la mañana de 9 a 13. Esta semana su horario va a ser más reducido de 9 a 10 y media. (No entiendo el periodo de adaptación, los que no se adaptan se pasan meses llorando y los que se adaptan lo hacen desde el principio). En noviembre cuando empezó a ir todo el día yo empecé a conciliar de esta forma tan bonita que tenemos en nuestro país, que consiste en ir como puta por rastrojo (o como geisha por arrozal como dicen unos amigos) a menos que te reduzcas la jornada. Aunque le pese a la sección de personal de mi trabajo, no puedo hacerlo por motivos económicos, ya os digo que no amo tanto mi trabajo como para no hacerlo por amor él.
Cuando pienso en la guardería pienso en la organización, en no tener que pelear con él a la hora de la comida, sólo a la hora de la cena. n_n En lo mucho que él se divierte, en sus compis, en lo que echaré de menos a sus profes del año pasado y en las carreras que voy a hacer porque como soy masoquista le he apuntado a natación y para llegar a tiempo voy a tener que correr todavía más que antes. Debería comprarme unos patines para ir más rápido al trabajo.
Esta es la parte que odio, las carreras, las prisas, el estrés, no poderme detener cuando lo dejo en clase más que un instante y ahora tampoco podré detenerme a la salida por lo menos dos días por semana, (espero que el esfuerzo merezca la pena), llegar por la mañana al trabajo sudando como si hubiera estado en el gimnasio; que el semáforo se ponga en rojo sea un drama porque necesito esos dos minutos, la respuesta de personal cada vez que pregunto porqué no puedo quedarme a hacer mi jornada completa los viernes; los comentarios de algunos compañeros "que suerte llegar a las nueve", olvidándose de que para poder recuperar tengo que quedarme hasta las cuatro y media, las cinco y media o a veces a las seis y media; todo esto sin comer que mi jornada es continua. Pero lo que más me cabrea es que parezca que no tengo derecho a quejarme porque hay gente que todavía lo tiene peor, así que gracias por dejarme desahogarme un poquito aquí porque fuera no puedo.
Bendita y odiada vuelta al cole.
Bendita y odiada vuelta al cole.
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