13 de octubre de 2014

Ofrenda 2014

Me visto para la ofrenda desde hace 33 años, tengo 34 así que haceros una idea de la cantidad de ofrendas que llevo; salvo el año del erasmus no he faltado ni una sola vez. Recuerdo que de pequeña además de ir a la ofrenda iba a comer con el traje. Horror. Personalemente me chifla el traje pero también lo odio; llevarlo puesto unas cuatro o cinco horas al año ya es más que suficiente. Creo que no hay calzado más incómodo que las alpargatas, por no hablar de las medias que se escurren y el mantón que para que no se caiga lleva tantos alfileres que pareces un erizo.

Miwi vestido de baturro solo para la ofrenda. n_n

Durante muchos años salir en la ofrenda era una auténtica tortura que seguia realizando porque de un año para otro olvidaba lo horrible que había sido y porque en mi familia es una verdadera tradición. En nuestro caso no tiene nada que ver con la religión ya que todos somo ateos confesos. Siempre hemos salido con los independientes lo que suponía que nos iban metiendo a unos cuantos dentro de los grupos; la espera era lenta y desesperante.

Cuando gracias a Bigas Luna se cambió la estructura de la ofrenda haciéndola mucho más expectacular los independientes empezamos a tener un nuevo camino de entrada a la Plaza. No es tan bonito pero no estaba mal y podías hacer la ofrenda en hora y media. Sin embargo año tras año hemos ido empeorando y la sensación que nos embarga a los que salimos como independientes es que al Ayuntamiento le importamos un pimiento y que quiere que no salgamos. Siempre va muy lento el trayecto pero ayer tardamos tres horas y media en hacer el recorrido. Un recorrido que no estaba vallado. Lo cual no importaría si la gente respetara las filas pero como se van metiendo en medio, tu no avanzas. Los voluntarios que estaban en la parte de vallas nos comentaron que la policía les había dicho que ellos iban a controlar eso, el policía que estaba al lado dijo que eso correspondía a los voluntarios. Vamos que nadie controlaba nada.

Para mejorar el asunto el trozo vallado tenía tres cortes diferentes para que pasaran los peatones. Hasta ahora no había entendido que hicieran un corte, pero hacer tres es excesivo y enlentece el paso.

Tres horas y media después de empezar llegamos al objetivo

Lo peor de estar allí tres horas y media, el dolor de piernas por estar parado, que entretener a un bebé durante ese tiempo es muy difícil (afortunadamente Miwi se durmió durante casi dos horas) y sobre todo escuchar esta mañana que el Ayuntamiento se felicitaba por como había ido la ofrenda. Mi conclusión es que nadie de los que la organiza ha salido nunca en ella, no se ha levantado a las seis y media de la mañana; ni ha pasado tres horas y media de fila porque si lo hubieran hecho ya lo estarían organizando mejor. La costumbre que tienen los políticos de este país de felicitarse por las cosas que hacen mal es alucinante.


Pese a todo, me quedo con los buenos recuerdos, con Miwi tan guapo con su traje, con el globo de Pocoyo que le hace sonreír desde ayer, con pasar tiempo con mi madre, mis hermanas, H y R; y con la comida con mi familia que hacía dos meses que no los veía y los echo mucho de menos en Barcelona.

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