3 de diciembre de 2008

Productividad

Hoy no es domingo ni puente ni nada, pero he tenido un día un poco duro y estoy de muy mal humor, para animarme un poco he buscado un texto divertido y finalmente he decidido colgarlo por si alguien más necesita sonreír.
PRODUCTIVIDAD


Había una vez, en un pueblo, dos hombres que se llamaban Bernardo González. Uno era sacerdote y el otro era taxista.

Quiere el destino que los dos mueran el mismo día. Llegan al cielo donde les espera Dios:

- ¿Tu nombre? - le pregunta al primero.

- Bernardo González.

- ¿El sacerdote?

- No, no, el taxista.

Dios consulta su plantilla y dice:

- Bueno, te has ganado el Paraíso. Te corresponde esta túnica con hilos de oro y esta vara de platino con incrustaciones de rubíes. Puedes pasar.

- Gracia, gracias... - dice el taxista.

Pasan tres personas más, hasta que le toca el turno al cura Bernardo González.

- ¿Tu nombre?

- Bernardo González

- ¿El sacerdote?

- Si.

- MuY bien hijo mío. Te has ganado el Paraíso. Te corresponde esta túnica de lino y esta vara de roble con incrustaciones de granito.

El sacerdote dice: "Perdón. No es por desmerecer pero aquí debe haber un error. ¡Yo soy Bernardo Gonzalez, el sacerdote!

- Si hijo mío, te has ganado el Paraíso. Te corresponde la túnica de lino...

- ¡No, no puede ser! Yo conozco al otro Bernardo González, era un taxista, vivía en mi pueblo, ¡era un desastre como taxista! Se subía a las aceras, chocaba todos los días, una vez se estrelló contra una casa, conducía muy mal, tiraba las farolas, se lo llevaba todo por delante... Y yo me pasé setenta y cinco años de mi vida predicando todos los domingos en la parroquia. ¿Cómo puede ser que a él le den una túnica con hilos de oro y una vara de platino y a mi esto? ¡Tiene que haber un error!

- No hijo mío, no es ningún error - dice Dios. - Lo que ocurre es que aquí, en el cielo, nos hemos acostumbrado a hacer evaluaciones como las que hacéis vosotros en la vida terrenal.

- ¿Cómo?... No entiendo

- Sí, ahora trabajamos por objetivos y resultados. Mira, te voy a explicar tu caso y lo entenderás enseguida. Durante los últimos 75 años cada vez que tú predicabas la gente se dormía; pero cada vez que él conducía, la gente rezaba y... ¡Los Objetivos son los Objetivos!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno, efectivamente el taxista había conseguido mejores objetivos y mayor productividad.

Eva dijo...

Al final todos los jefes son iguales, sólo les importan los resultados. ^^

Muy Fragil dijo...

Es bien cierto, lo importante es que recen, el motivo es lo de menos.
Recuerdo una frase que oí hace poco tiempo en una obra de teatro que se titulaba 'Humo': Lo importante no es que el papa crea en dios, lo que realmente importa es que los cristianos crean en el papa.

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