30 de marzo de 2015

Nuestra caja de música (I)

Uno de los mejores recuerdos de mi infancia es el de la música que lo llenaba todo los fines de semana por la mañana mientras desayunábamos. Desde pequeñas ha habido música a nuestro alrededor, y uno de nuestros juguetes favoritos era un tocadiscos para niños de Fisherprice. Creo que era el juguete más chulo que teniamos, la posibilidad de poner nuestros discos infantiles cuando quisiéramos y las veces que quisiéramos nos dio la posibilidad de torturarnos las unas a las otras y a nuestros padres con ellos. Recuerdo haber escuchado millones de veces el de la Abeja Maya, que era el favorito de mi hermana pequeña.

Durante el embarazo también le pusímos música a Miwi, aunque no del tipo clásico que se les suele poner a los niños. Si no de todo un poco.

Ahora la música le encanta, le encanta ponerse a bailar, cantar, las canciones con gestos y sobretodo los instrumentos.


Desde los nueve meses le he ido comprando instrumentos, principalmente de madera, para que jugara con ellos y los hiciera sonar. Los guardamos todos en esta caja tan chula que le hizo mi madre, aunque ahora se nos empieza a quedar pequeña. n_n

De momento tenemos:

Unas maracas: las primeras que tuvimos fue una de plástico de Immaginarium, ahora tenemos dos de un conjunto de música de madera del Lidl que sacan cada cierto tiempo y que cuesta 9'99. Tienen tres modelos y merece mucho la pena. Además tenemos la maraca que hizo él en la guardería para el concierto de Santa Lucia, que no sale en la foto porque estaba jugando con ella cuando la hice. Y un par más que no tengo claro si se les puede llamar maracas o no.

Una carraca: esta es una de nuestras últimas adquisiciones, fue un regalo las navidades pasadas y todavía se esta haciendo con él. Cuando no tiene muy claro como funciona la cosa te la dá y la estudia muy atentamente. De momento la carraca está en fase de estudio.


Un xilófono: en estos momentos es el instrumento estrella. Lo sacamos también de un pac del Lidl y es de madera y metal; a veces lo toca el solo y otras veces me pide hacer un dúo y allí estamos los dos torturando al personal.

Dos panderetas: son dos modelos diferentes. Todos los años en la guarderia nos piden una para Navidad y nos la devuelven al pasar las fiestas. La del año pasado de plástico no duró nada, la de este año es de madera y aún dura. Tenemos dos modelos una con parche, que Miwi suele usar de tambor y la que va sin parche que usa de forma más ortodoxa.

Una castañuela (o un objeto del mal): como buena aragonesa durante una época breve de mi infancia baile jotas, odié a la profesora y terminé por odiar la jota. Pero aprendí a tocar las castañuelas. Estas navidades le regalaron a Miwi una infantil. Son el mal, me costó horrores tocarla y aun no he conseguido tocarla bien. Él directamente es incapaz de hacerla sonar. Tengo que encontrar unas castañuelas de las de toda la vida para sustituir a este invento del mal.



Una flauta de madera: este fue uno de los primeros instrumento que le compré. Fue en una de las fiestas que se organizan en Sants. Es una flauta pequeña que el muy bruto se mete casi entera en la boca. Todavía no ha aprendido a soplar y mover los dedos pero no hace más que pedrime que lo haga yo para fijarse. Angelito no tiene ni idea de que yo no sé tocar la flauta.

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