En todos los blogs que he visto (o en casi todos) la gente explica en su primer post cual es su intención, porque escribe o sobre qué va a hacerlo. El blog Besando Ranas, nació como parte de un curso, aunque decidí entonces que no lo borraría cuando terminara. Paco fue el empujón que necesitaba para plasmar una idea que me rondaba desde junio. Decidí hacer un blog general, porque no me veo capaz de escribir durante mucho tiempo sobre un mismo tema y además me interesan muchas cosas (y hay cosas que ahora no me interesan y me interesaran).
El único tema que me plantee desde un principio tratar, es el que nunca he tratado. He hablado un poco de sus consecuencias en los post dedicados al cerclaje.
El nueve de junio del año pasado cuando pasaba con mi perro por un paso de peatones un coche me atropello. El conductor no me vio así que no frenó hasta que yo no estaba encima del coche.
Tuve mucha suerte, pues sigo viva, camino y no tengo lesiones graves. Aunque hay días que olvido lo mucho que aprendí y me deprimo un poquito. Los recuerdos de los últimos meses se acumulan en mi cabeza. Memorias de lo que hice el día del accidente. Por la mañana leí un examen de oposición y estaba tan nerviosa antes de hacerlo que no paraba de repetirme que para bien o para mal al día siguiente a esa hora todo habría pasado. Ir a comprar, escuchar música y el último paseo con Tris. Recuerdo el terror más absoluto al oír como el coche aceleraba, la luz de los faros que se aproximaba reflejade en el edificio de enfrente y no entenderlo, pensar: "Porque lo hace. Si acelera nos va a coger."
Mi primer pensamiento después. No quiero morir. Recuerdo miles de cosas pequeñas, algunas van apareciendo conforme pasa el tiempo. Aunque no recuerdo el momento exacto de mi impacto con el coche, pese a las miles de veces que he intentado evocarlo en mi memoria. Dicen que la mente olvida lo que nos causa un gran dolor o lo que cree que no vamos a ser capaces de soportar; por eso, me dicen que no puedo recordar.
Tras el accidente me llevaron a la UCI, y allí vieron que tenía roto el cóndilo, además de sangrado por ambos oídos. Sino hubiera habido sangrado probablemente me hubieran operado entonces de los oídos y la mandíbula. Pero hubo que esperar a que dejara de sangrar. Al final los otorrinos me dijeron que tenia completamente obstruido el oído derecho y que tendrían que operarme porque no lo podían dejar así. Como la fractura del cóndilo era más problematica (no poder comer ni abrir la boca) decidieron tratar eso primero. Me hicieron un cerclaje del que ya he hablado en otros post.
Finalmente he sido capaz de recuperar bastante audición en el oído derecho.
A finales de julio me quitaron el cerclaje y todavía no puedo abrir la boca como una persona normal. Además de que sigue molestando. A principios de marzo fui a que me vieran unos especialistas en Barcelona, y no acertaban a comprender como podía si quiera abrir tanto la boca. La semana pasada, esa semana difícil de la que hablaba hace un par de domingos, tenía revisión con los otorrinos y los maxilos. Era difícil pues temía las conclusiones, al final ha sucedido lo que imaginaba. Los otorrinos me quieren operar, creen que como los nervios del oído no están dañados si lo arreglan podría recuperar la audición completamente. Por otra parte la mandíbula no esta en su sitio y habría que operar para colocarla.
Las operaciones me dan un miedo atroz y el jueves estuve pensando en que hacer. La decisión no ha sido tan difícil como la gente piensa. Se desde agosto que mi mandíbula no encaja como debería y sabía que algo no iba bien. La única solución es operar, pese a que el nervio facial esta al lado de lo que me tienen que operar y hay posibilidades de que se dañe durante la operación. Sin embargo actualmente si me tragara una espina o me tuvieran que operar de urgencia no sería posible y no va a cambiar la situación a menos que me operen. Es fácil verdad. Hay que operarse.
Después de tantos meses de sospechas y nervios estoy un poco más tranquila, se lo que hay que hacer. El miedo sigue existiendo, miedo sobre todo a no poder volver a sonreír. Es algo que me plante también en el hospital antes de que me dijeran que me harían un cerclaje. Pensé que por si acaso se torcía y me fastidiaban el nervio no podía pasar un sólo día de mi vida sin sonreír y sin reír. No he faltado un solo día a mi palabra, aunque ha habido momentos realmente duros. El día 18 voy a Barcelona, y probablemente saldré con fecha para la operación.
En junio tras el accidente pensé en escribir un blog, quería gritarle al mundo como me sentía pero todavía era pronto. Incluso ahora que han pasado tantos meses me tiemblan un poco las manos al escribir. Otro de mis miedos era que la gente supiera quien era la persona que escribía. Asi que es posible que haya esperado a que terminara el curso para escribir el post, no lo sé. Se que es el momento.