8 de octubre de 2007

Fabada

La verdad es que hoy no pensaba escribir más en el blog, ando pachucha y ni siquiera haber terminado de ver The 1st shop coffe prince era suficiente como para escribir, pero he revisado el correo y me habían enviado una receta de fabada de todo un experto en la materia.

El experto es mi tío, y puedo asegurar que nadie hace los platos de cuchara (ni las tortillas) como él. Su receta fue enviada el sábado en honor de Fernando Alonso (mi tío es un apasionado del motor), dado lo que pasó ayer, ahora con más motivos va dedicada a él.

La receta os la dejo tal cual me la envió, porque es cómo merece ser leída y puesta en práctica.

FABADA

(según consejo de mi primu Suárez, aunque éste tal vez discrepe)

Ingredientes para 4 o 5 individuos normales y razonablemente sanos

500 gr. de fabes.

300 gr. de compango asturiano (1 chorizo, 1 morcilla y 100 gr. de panceta salada)

Unas hebras de azafrán.

Agüita de la fuente de la mujer enamorada.

Pondremos las fabes a remojo en agua fría al menos 12 horas antes de comenzar su cocción. A la hora de elegir el perol deberemos tener en cuenta que duplicarán su volumen en este proceso.

Tras escurrirlas añadiremos el compango (la morcilla, el chorizo y la panceta) y cubriremos todo ello de agua. Caso de no disponer del tipo de agua recomendada (es mi caso) recomiendo usar mineral.

Pondremos a cocer a fuego muy lento por espacio de unas 3 horas, aunque conviene que las probemos a partir de la segunda hora, ya que este tiempo puede variar de unas fabes a otras y también del agua empleada. En la última fase de la cocción añadiremos el azafrán previamente tostado y, aunque no suele ser necesario, rectificaremos de sal.

Por último añadiré algunos consejos:

En todo momento deben estar cubiertas por uno o dos dedos de agua.

Si nos gustan las salsas ‘gordas’, al final podemos pasar algunas fabes por el colador chino e incorporar esta pasta a la cazuela agitándola vigorosamente.

Nunca debemos remover pues haríamos puré en lugar de fabada, si es necesario agitaremos el perol a modo de un ‘pil-pil’.

Este guiso, como otros muchos, gana en sabor y mejora su textura si se consume uno o dos días después de cocinado.

Es conveniente dejarlas algo caldosas si calculamos que van a sobrar o pretendemos congelarlas, de otro modo puede complicarse el proceso de recalentado.





Espero que os guste. :D

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