Hoy he estado en Barcelona para una nueva revisión y como siempre he vuelto agotada a Zaragoza, pero muy contenta. Para celebrar mi visita os dejo un chiste de hospitales, cualquiera que haya estado ingresado se sentirá identificado.
- Hospital, buenos días...
- Buenos días. Quería información sobre un paciente que está internado.
- ¿De que paciente se trata?
- Se llama Pablo Ramírez y está en la habitación 376.
- Un momento, lo voy a transferir a enfermería.
- Buenos días, soy la enfermera, ¿en que lo puedo ayudar?
- Quisiera saber las condiciones clínicas del paciente Pablo Ramírez de la habitación 376, por favor.
- Un minuto que voy a localizar al médico de guardia.
- Buenos días, habla el doctor, ¿en que puedo ayudarlo?
- Vea doctor, quisiera que me informara sobre la salud de Pablo Ramírez de la 376.
- Espéreme un minuto que consulto la ficha del paciente.
- Está bien, gracias.
- Aquí está. Hoy se alimentó bien, la presión y el pulso están estables y responde bien a la medicación, le retiraremos el monitor cardiaco mañana. Si continua bien, le darán el alta en dos o tres días más.
- Muchas gracias doctor, no sabe que noticia más maravillosa me ha dado, que alegría.
- Por su entusiasmo, usted debe ser algún pariente muy cercano.
- No, no... yo soy Pablo Ramírez y estoy llamando desde la 376, lo que pasa es que todo el mundo entra y sale del cuarto, hablan entre ustedes y a mi nadie me dice nada.
4 comentarios:
jeje, como la vida misma.
Totalmente realista
En efecto, es lo que hay...
Por desgracia me está tocando sufrir en carne propia el sistema sanitario público y considero que es la gran asignatura pendiente de nuestra moderna sociedad democrática.
De todos modos, me considero afortunado, tengo cerca a gente que me quiere y me ayuda, espero no defraudarles.
Por supuesto que no nos vas a defraudar. Tu puedes con todo, y dentro de poco estarás corriendo por ahí.
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