Ayer tuve un día de viejos amigos. Tengo libros que son eso, viejos amigos. Con ellos no hay sorpresas en el argumento porque los he leído tantas veces que me lo se de memoria; y como los conozco también son como viejos amigos a los recurrir en momentos difíciles. Unos amigos que no cambian, disponibles las 24 horas del días los 365 días del año, 366 si es bisiesto; a cuya portada no importa llamar si son las 5 de la mañana (si son amigos-personas no suelen ser muy entusiastas de estas cosas).
Leerlos es volver al momento en el que los descubrí por primera vez. Algunos suelo leerlos casi cada año; otros... de otros puedo leer sólo un capítulo y no pasa nada, no me lo tomarán en cuenta y entenderán que no los lea enteros; pues he pasada tantas veces por sus páginas que sabrán perdonar mi impaciencia.
Hace un mes, otro martes pensé que iba a ser eso, un día de viejos amigos; pero ese amigo había cambiado, o quizás soy yo la que ha cambiado; por eso necesitaba un viejo amigo realmente viejo, por eso ayer me llevé a Ana.
La primera ve que leí el libro estaba en el instituto y no esperaba que me gustara, recordaba la versión japonesa de dibujos animados y, pese a que me gustaban todos los dibujos, esa serie no me había gustado nada. Pero el libro me encantó, me gustó tanto que me leí los 6 que me habían dejado de un tirón, uno de ellos cuando tenía que estudiar un examen (aunque no salió muy mal). He leído la serie completa un montón de veces y aunque soy perfectamente capaz de saber que no son los mejores del mundo siguen siendo mis favoritos. Gracias a a ellos me aficioné a internet; la primera vez que busqué algo en la red fue la lista de los libros de la autora; creo que en ese instante internet me conquistó, con un clic aparecieron cientos de páginas de algo de lo que no había sido capaz de encontrar nada. También hizo que mejorara mi inglés, pues al no estar traducidos el resto de sus libros no me quedó más remedio que leerlos en inglés y mejorar así en el idioma y gracias a ellos empecé a traducir; mi primera traducción fue el poema de Tennyson The Lady of Shalot que era el favorito de la protagonista.
Aprendí mucho de ellos, y gracias a ellos. Vi la Primera Guerra Mundial desde el punto de vista de las familias de los soldados canadienses, descubriendo que el horror de esa guerra traspasó las fronteras de Europa.
Lo mejor de mi viejo amigo de ayer es que me ha ayudado tantas veces, que ayer no tuve ni que leerlo, sólo llevarlo encima fue un alivio; sabía que si algo iba mal con solo abrirlo todo pertenecería a otro mundo.
Leerlos es volver al momento en el que los descubrí por primera vez. Algunos suelo leerlos casi cada año; otros... de otros puedo leer sólo un capítulo y no pasa nada, no me lo tomarán en cuenta y entenderán que no los lea enteros; pues he pasada tantas veces por sus páginas que sabrán perdonar mi impaciencia.
Hace un mes, otro martes pensé que iba a ser eso, un día de viejos amigos; pero ese amigo había cambiado, o quizás soy yo la que ha cambiado; por eso necesitaba un viejo amigo realmente viejo, por eso ayer me llevé a Ana.
La primera ve que leí el libro estaba en el instituto y no esperaba que me gustara, recordaba la versión japonesa de dibujos animados y, pese a que me gustaban todos los dibujos, esa serie no me había gustado nada. Pero el libro me encantó, me gustó tanto que me leí los 6 que me habían dejado de un tirón, uno de ellos cuando tenía que estudiar un examen (aunque no salió muy mal). He leído la serie completa un montón de veces y aunque soy perfectamente capaz de saber que no son los mejores del mundo siguen siendo mis favoritos. Gracias a a ellos me aficioné a internet; la primera vez que busqué algo en la red fue la lista de los libros de la autora; creo que en ese instante internet me conquistó, con un clic aparecieron cientos de páginas de algo de lo que no había sido capaz de encontrar nada. También hizo que mejorara mi inglés, pues al no estar traducidos el resto de sus libros no me quedó más remedio que leerlos en inglés y mejorar así en el idioma y gracias a ellos empecé a traducir; mi primera traducción fue el poema de Tennyson The Lady of Shalot que era el favorito de la protagonista.
Aprendí mucho de ellos, y gracias a ellos. Vi la Primera Guerra Mundial desde el punto de vista de las familias de los soldados canadienses, descubriendo que el horror de esa guerra traspasó las fronteras de Europa.
Lo mejor de mi viejo amigo de ayer es que me ha ayudado tantas veces, que ayer no tuve ni que leerlo, sólo llevarlo encima fue un alivio; sabía que si algo iba mal con solo abrirlo todo pertenecería a otro mundo.
2 comentarios:
Supongo que te estás refiriendo a Anne of Green Gables. A mí nunca me ha parecido nada del otro mundo, pero a mi hermana le encantaba de forma obsesiva. Durante un tiempo fué realmente fácil hacerle un regalo que le gustara :D (hasta que se acabaron los libros y los DVD de la serie de tv)
La verdad es que hay pocos libros que haya leido que entren en la categoría que describes. Probablemente entren los tres primeros libros de "La rueda del tiempo", que son los únicos que me he leido 6 veces. Hay algunos más que me he leido un par de veces, pero generalmente prefiero leer cosas nuevas, y es que hay taaanto que leer :)
He de admitir que soy una lectora entusiasta, si un libro me engancha soy incapaz de dejarlo hasta no haberlo terminado (afortunadamente también soy rápida) y cuando era pequeña leía cualquier cosa que cayera en mis manos; ahora tengo un poco más de criterio. Pero me encanta leer cosas nuevas; la sensación de no saber que voy a encontrar una vez traspasada la tapa. Por eso solo me permito releer libros cuando realmente lo necesito.
En cuanto a los libros de Anne, que no son los mejores, eso lo se; cualquiera de Asimov, que también me encanta le da mil vueltas. Pero quizás fue por el momento en el que los leí por primera vez o por lo identificada que me sentí con el personaje principal (no le he roto nunca a nadie una pizarra en la cabeza pero si que vacié una jarra de agua encima de alguien :P) el caso es que son muy importantes para mi.
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